FELIPE TRIGO (1864-1916) nació en Villanueva de la Serena, Badajoz, y estudió medicina en el hospital de San Carlos de Madrid. Fue médico rural y posteriormente militar, participando en tanto que tal en la campaña de Filipinas, donde fue destinado al Fuerte Victoria, un destacamento de prisioneros tagalos, quienes, durante una sublevación, asestaron siete machetazos al médico español, al cual dieron por muerto. No solamente no lo estaba, sino que aún tuvo fuerzas para huir a través de la selva. En tanto que mutilado de guerra, fue repatriado a España con el grado de teniente coronel y una notable popularidad, que, sin embargo, declinó, abandonando el ejército para consagrarse a la literatura. Estos sucesos de Filipinas los narró en una novela titulada “Las ingenuas”, que alcanzó un éxito arrollador y permitió al autor llevar una vida holgada. No obstante, en la cumbre de su fama, se pegó un tiro, alegando que padecía una enfermedad incurable. Parece ser que la enfermedad a la que temía Trigo no era otra que la locura. Mainer acuña para Felipe Trigo la expresión “naturalismo simbolista” y el propio interesado resume su credo estético con el marchamo “trascendentalismo cósmico”... “Venus ennoblecida por el místico resplandor de la Concepción Inmaculada.” Dicho de otro modo, bajo los ropajes románticos, Trigo arropó su propuesta de novela erótica, utilizada, según Bergamín, “como argumento preferente de una propaganda moral...”