Antes de leer a Cornelia Grey me costaba considerar como premisa válida por sí misma la idea de que muchas veces los cuentos o relatos cortos poseen -en la mano de un sabio escritor- muchísima más intensidad y carga argumental que una novela larga. Históricamente me ha costado empatizar con los cuentos, la verdad. Claro que cualquier formato depende casi exclusivamente de la mano que le da vida, pero ahora más que nunca creo que un excelente relato es mucho más difícil de realizar y conseguir que una historia muy larga, donde hay espacio para rellenar.
Cornelia logra en sus obras un nivel de profundidad emocional, una carga de sentidos tan redonda que te pasa por encima como un huracán y cuando te das cuenta y querés agarrarte para apreciarlo mejor, ya pasó de largo. Devil..se conecta con el lector desde el más puro instinto. Es factible sentir los olores, vivir la pesadumbre de su protagonista; el lugar entre realidad y fantasía en el que se encuentra. Y no es solamente por la detallada descripción: es también la precisa elección de palabras, ideas y conceptos la que logran transmitir ese ambiente oscuro y áspero. La autora toma la vieja idea faustiana del pacto con el diablo para contar una historia de pasión, de desesperanza, de olvido, de oportunidades perdidas y de posibilidades futuras. En 70 páginas!!!!
[a:Jorge Luis Borges|500|Jorge Luis Borges|https://d202m5krfqbpi5.cloudfront.net/authors/1389336941p2/500.jpg] nunca escribió una novela. Él decía que los cuentos eran un género esencial, y que los relatos largos obligaban al relleno. Que un cuento permitía que se apreciaran todos sus detalles, que pudiera vérselo como un todo, pero que en una novela esto era solo posible si se olvidaban muchos detalles. De hecho en el prólogo de [b:El jardín de los senderos que se bifurcan|6878104|El jardín de los senderos que se bifurcan|Jorge Luis Borges|https://d202m5krfqbpi5.cloudfront.net/books/1253120881s/6878104.jpg|14566729], afirma:
"Desvarío laborioso y empobrecedor el de componer vastos libros; el de explayar en quinientas páginas una idea, cuya perfecta exposición oral cabe en pocos minutos. Mejor procedimiento es simular que esos libros ya existen y ofrecer un resumen, un comentario". Y Cornelia es una clara exponente de esto. Incluso he leído varias reseñas de este mismo libro, donde usuarios destacan su talento pero lamentan que no escriba novelas más largas, como si ese fuera el paraíso de cualquier autor, el objetivo perfecto y deseable por antonomasia. Devil es como una foto: la captura de un momento que ella nos quiere compartir, un pequeño recorte de una historia que puede haber existido antes y después. Si decidiera continuarla, sería muy feliz, pero sino, me quedo con las miles de sensaciones y con todos aquellos posibles escenarios que se me ocurrieron para el futuro de Logan y Farfarello.