La descripción de esta novela me recordó Los juegos del hambre de Suzanne Collins, y como me había gustado mucho no me pude resistir.

El autor de esta novela juvenil post-apocalíptica (es un género muy popular, particularmente en novela juvenil) la sitúa en un mundo que no se parece nada al nuestro. O bueno, se parece algo, si nosotros en lugar de ser los que estábamos en lo más alto de la escala del mundo animal, fuéramos las víctimas de otros depredadores más poderosos, en este caso, vampiros. Los vampiros lo dominan todo y se han extendido tanto que les han prohibido convertir a otros en vampiros como medida para evitar la sobrepoblación (saque cada cual las conclusiones que quiera). Los seres humanos han quedado reducidos a ser usados para criar más comida (pero explotados de tal forma que duran pocos años) o si no ofrecen garantías de procrear buenos ejemplares, los usan para abastecerse de sangre hasta que mueren.

La única otra opción (que ofrece una cierta libertad) para los humanos es participar en el Festum, donde treinta jóvenes humanos intentan sobrevivir una noche no solo a los cazadores vampiros sino también a otras criaturas depredadoras, y si al llegar el amanecer siguen vivos, se les perdona y se exilan a una isla donde viven libres.

Mara, la protagonista, es hija de dos de los vencedores de Festum, y se ha criado en libertad, hasta que los vampiros deciden que no merece la libertad al no haberse enfrentado al Festum, y por sus características creen que dará buen juego esa noche (el Festum es televisado por todo el mundo y se hacen apuestas sobre quién sobrevivirá). A Mara la entrenaron sus padres en técnicas de supervivencia, pero va a necesitar todas sus fuerzas (incluyendo unos poderes especiales que ha adquirido desde su llegada a la isla de la Muerte de forma accidental) y mucha suerte, ya que la balanza está muy desequilibrada en favor de los vampiros.

El autor sitúa la acción y explica el mundo en el que se desarrolla la historia en un par de capítulos sin dar excesivos detalles, y otros los vamos descubriendo sobre la marcha (aunque la historia daría para mucho más). Mara se ha criado de forma muy distinta al resto de los humanos de ese futuro terrible y eso hace que parezca una adolescente de lo más normal (incluyendo sus fantasías del amor imposible, sus dudas sobre el sexo, aunque incluso en las circunstancias la historia de amor a primera vista entre ella y Caleb, el hijo del jefe de los vampiros, me pareció poco probable). Debido a lo frenético de la acción y a lo corta que es la novela no llegamos a conocer bien a ninguno de los otros personajes, incluyendo los demás participantes en Festum (Ethan, el tercero del triángulo amoroso es introducido tarde y entra poco en acción, casi al final). En mi opinión, algo más de detalle sobre el resto de personajes (incluyendo Caleb), habría aumentado aún más el impacto de la historia.

La acción es narrada en tercera persona, la mayoría desde el punto de vista de Mara, aunque también se nos ofrecen algunos fragmentos desde el punto de vista de otros personajes, como Caleb y Ethan, e incluso el jefe de los vampiros (lo que nos pone en situación de ventaja ya que sabemos más que los personajes, pero eso no le resta emoción).

La novela se puede leer interpretar en varios registros, desde la historia paranormal de vampiros con caza incluida, una historia de romance prohibido con unos toques de sexo, una novela con una protagonista femenina fuerte que ejemplifica la victoria del débil sobre el fuerte (David y Goliat), se pueden analizar las posibles implicaciones sociales y políticas del escenario y las similitudes con el presente,  y sin duda es una historia de aventuras con mucha acción y emoción. A mí me gustaron en particular las criaturas extrañas, las armas, y el final (que no os contaré en detalle).  Aunque la historia es mucho más corta y menos complicada y detallada que la de Los juegos del hambre gustará a lectores que disfruten de ese tipo de historias, especialmente si son fanes de los vampiros y los romances complicados.