Fue ver la portada de este libro y saber que tenía que ser mío: me enamoré totalmente de ese tono azul, esos brillitos dorados, esa tipografía luminosa... Un regalo para la vista. Tras ese amor a primera vista, leí la sinopsis y el precio y me encandilé todavía más. La cuestión es que me decepcionó, no porque el libro sea malo, si no porque me esperaba más. Quizás tenía las expectativas demasiado altas.
Baile de Luciérnagas narra la historia de Alex, una adolescente que todavía no ha podido superar la traumática experiencia que supuso la muerte de sus padres, dejándola sola en el mundo y sin ganas de vivir.
No obstante, todo parece cambiar cuando, al ingresar en el lúgubre internado inglés que será su hogar, Alex conoce a Albert, un chico con una sonrisa burlona arrebatadora y que no parece ser del todo sincero. A partir de este nuevo amiga, poco a poco, Alex abrazará de nuevo las ganas de vivir e irá abandonando aquellos antidepresivos que mantienen sus emociones bajo llave.
Esta novela muestra una imagen honesta, clara de todo el dolor que sufre Alex, un dolor que a pesar de estar adormecido por fármacos sigue ahí. Me ha encantado cómo la autora ha logrado transmitir esos sentimientos al lector, sin necesidad de usar pasajes morbosos o llantos demasiado explícitos. Además, la relación que construye con Albert, no parece ser demasiado precipitada, porque se actúa con total normalidad: Alex abraza aquello que la ahuyenta del sopor, del dolor. Aquello que le da vida de nuevo. Y esa es la ternura de la historia.
Me ha encantado la forma de escribir de Elena Castillo: es directa, concisa, sin florituras y palabras rimbombantes gratuitas, pero sin caer en la simplicidad. Es un estilo preciso y con un buen uso del lenguaje, con un buen uso de la narración a pesar de que ésta escasea; y con unos diálogos muy potentes.
Entonces, ¿Por qué me ha decepcionado? Porque sentí que le faltaba desarrollo, más narración, más profundidad. Me gusta poder disfrutar de un libro tranquilamente, y en Baile de Luciérnagas sentí que sucedía un acción tras otra, pero no en el buen sentido; era precipitado, como si le faltaran páginas.Por ese mismo motivo, algunos personajes caen en el estereotipo a pesar de que podrían dar mucho juego, y en general a todos les falta profundidad, más facetas.
Por otro lado, el principio me resultó muy predecible, sobretodo por el secreto de Albert. Aunque este defecto se soluciona totalmente con un final que te deja la boca rozando el asfalto.
En conclusión: continuaré con los libros porque me ha gustado mucho la forma de escribir de la autora, así como la historia en general. Espero que en la segunda parte conozcamos más facetas de los personajes, ya que supongo que habrán madurado más.
Recomiendo este libro a todos aquellos que quieran una lectura muy ligera, con una historia muy tierna y un final sorprendente.
PD: ¿Soy la única a la cual leer este libro le ha dado hambre? xD Alex no para de comer cosas deliciosas...